jueves, 30 de enero de 2020

Cebolla roja encurtida

La cebolla encurtida es un complemento perfecto en muchas gastronomías y también un buen aperitivo. El encurtido es muy útil para conservar alimentos durante un tiempo más largo.

Se pueden encurtir tanto enteras, las de tamaño pequeño, como cortadas en juliana, que es nuestro caso con la cebolla roja. 

Esta cebolla tiene un sabor suave tirando a dulce y se come tanto cruda como asada. También se cocina ligeramente en cítricos como se hace en los ceviches.

En America latina se acostumbra a acompañar muchos platos con ella y en esta ocasión la hemos utilizado en una receta ecuatoriana que es el Llapingacho.





Ingredientes (para un bote de 250 ml.)

1 cebolla roja
1/2 vaso de vinagre (del tipo del que se disponga)
1/2 vaso de agua
Sal
Pimienta en grano (opcional)
1 hoja de laurel (opcional)




Elaboración:

Pelar y cortar la cebolla en juliana.

En un recipiente limpio, poner la cebolla cortada, añadir la sal, la pimienta y el laurel, añadiendo los líquidos a continuación procurando que cubran bien toda la cebolla.

Dejar macerar al menos unas horas, pero lo ideal es consumirla a partir de las 24 horas.

Se conserva en el frigorífico varios días.




lunes, 27 de enero de 2020

Esqueixada de bacallà con huevas de mújol rojo

Hemos escogido esta sencilla, nutritiva y sabrosa receta para empezar la semana. Además es muy rápida de preparar y nos sirve tanto para una comida informal como para vestir una mesa con invitados y quedar estupendamente.

La Esqueixada es un plato tradicional de Cataluña, cuya base es el bacalao y lleva tomate, cebolleta, aceitunas negras,  etc., pero en esta ocasión hemos querido darle un punto más moderno y colorista para variar.  

El bacalao en este caso lo compro desalado y lo único que hay que hacer es desmigarlo y condimentar a nuestro gusto, ya veis que no exagero cuando digo que la receta es rápida y nada complicada.




Ingredientes
Bacalao desalado 
Huevas de mujol rojo
Aceite de oliva virgen extra (Aove)
Sal de ajo
Pimienta
Hierbas aromáticas o brotes como la Acedera, siso, rúcula ó cebollino
Pétalos de flor (opcional)



Elaboración:

Lavar, secar bien con un paño para eliminar al máximo posible el agua y desmigar el bacalao. Colocarlo en un bol.

Aliñar con aceite de oliva virgen extra, pimienta negra recién molida y sal de ajo al gusto.

Dejar en el frigorífico preferiblemente media hora para que repose.

Cuando vayamos a servirlo colocar el bacalao en una bandeja y repartir el mujol rojo en montoncitos por toda la superficie.

Incorporar unos brotes y pétalos de flor para adornar. También puede ser rúcula, cebollino etc.,

Aliñar con otro chorrito de aceite de oliva virgen extra y servir.


lunes, 20 de enero de 2020

Quiche de espinacas y ricotta sin nata

Esta quiche la he preparado un poco obligada, no porque no nos guste, que nos encanta, sino porque en la nevera se me había quedado una lámina de masa quebrada, tenía que cocinarla antes de que caducara y después de las fiestas navideñas no tenía muchas ganas de cocinar nada pesado ni complicado.

Normalmente las quiches o tartas saladas, llevan crema de leche (nata líquida) y otros ingredientes que en estos días ya "no proceden" para mi dieta post-navideña y he encontrado una manera muy buena de hacer una quiche más ligera y sana, con queso ricotta y espinacas. Os lo cuento enseguida.

Si queréis una quiche más tradicional podéis ver mi Quiche Lorraine según receta de Paul Bocuse que está deliciosa.




 Ingredientes
1 lámina de masa quebrada (230 gr.)
300 grs. de espinacas frescas (1 bolsa)
3 huevos (L ó XL)
200 gr. de Ricotta (requeson)
25 ml. de leche semidesnatada
25-50 grs. de queso recién rallado para gratinar (al gusto, yo puse Grana Padano)
Aceite de oliva para saltear las espinacas
3 ajos tiernos
1 cebolleta tierna pequeña
Un puñado de piñones
Sal

 

 Elaboración:

Precalentar el horno a 180º

Sin quitar el papel de horno que lleva la lámina de masa quebrada, colocarla sobre un molde redondo para tarta, de 20 cm. de diámetro, bien pegada a la base y a las paredes, presionando con los nudillos para no romperla. Pinchar la masa con un tenedor para que no suba al hornearla.

Recortar la masa que sobresalga de los bordes apoyando y haciendo rodar el rodillo sobre el canto del molde e introducirla en el horno durante unos 10 minutos o hasta que se vea un poco dorada. Cuando esté lista la sacamos del horno y reservamos.


Mientras se dora la masa salteamos las espinacas con los ajos tiernos y la cebolleta, poniendo un chorrito de aceite en una sartén bien caliente y añadiendo primero los ajos tiernos cortados a rodajitas y la cebolleta en daditos, junto a un pellizco de sal. Cuando se vea dorado agregamos los piñones, damos un par de vueltas y añadimos las espinacas crudas, iremos incorporándolas conforme las primeras vayan perdiendo volumen hasta completar la bolsa. Parece mucha cantidad pero merman mucho. Solo deben quedar blandas porque acabarán de cocinarse en el horno.

En un bol grande batimos los tres huevos, agregamos la ricotta, un chorrito de leche y la sal, al gusto. Mezclamos y cuando esté todo integrado incorporamos las espinacas salteadas. Removemos con cuidado.

Volcamos la mezcla dentro de la masa reservada, espolvoreamos con el queso y volvemos a colocar en el horno durante 25-35 minutos aproximadamente, vigilar y cuando suba y se dore estará lista.

A disfrutarla!





viernes, 10 de enero de 2020

Sopa de almejas (rosellona o chirla) con pan

Esta receta es herencia familiar, concretamente de mi yaya Filo, de la que ya os hablé cuando publiqué su Potaje de garbanzos y acelgas.

Ella era una andaluza de Jaén, nacida con el siglo XX, en un ambiente rural y de pocos recursos. No es que fuera una cocinera prodigiosa,  pero sí hacía prodigios de sabor con muy pocos ingredientes. Su cocina era sencilla y sabrosa, sin hacer florituras sabía sacar el mayor partido a los productos y preparaba platos deliciosos que han quedado en mi memoria, siempre unidos a ella, con aromas que me retrotraen a la infancia y para mí eso es sinónimo de felicidad y buen rollo.

Como os decía sobre el estilo de mi yaya, esta receta lleva pocos ingredientes, básicamente agua, nada de caldos ni fumets elaborados durante horas; agua del grifo, almejas, bueno, chirlas o rosellona para ser exactos, pan y el consiguiente sofrito con bastante ajo. 
Parece poca cosa pero os aseguro que el sabor es profundo y delicioso. 

A nivel nutricional es un plato bastante equilibrado, tiene poca grasa,  las proteínas de las almejas, que además nos aportan vitaminas y una cantidad razonable de hidratos de carbono que nos proporciona el pan. En resumen un plato sano.
  
La finalidad es conseguir una sopa reconfortante, sin sofisticaciones, la pretensión es conseguir el sabor de la almeja en el caldo. No compréis almejas caras, la chirla o la rosellona no son muy carnosas pero sí muy gustosas que es lo que buscamos.  

Para terminar, sopa rápida de hacer y no necesita demasiadas instrucciones, ideal para nuestros tiempos aunque venga de otro siglo ;-)






Ingredientes para 2/3 personas

200 gr. de almeja rosellona o chirla
1 litro de agua
2-3 dientes de ajo
1 cebolla pequeña
Aceite de oliva 
1/2 Vasito de tomate triturado
50 gr. de pan duro (aunque con pan del día también queda bien)
1 hoja de laurel
Sal


Elaboración:

En una cazuela con un poco de aceite, sofreír ligeramente el ajo muy picado, junto con el laurel. A continuación poner la cebolla cortada fina también para que no se note mucho después.  Dejar pochar hasta que esté muy tierna y transparente.

Añadir el pan cortado a cubos no muy grandes y dejar que se dore un poco, a continuación poner un poco más de aceite y agregar el pimentón, dar un par de vueltas sin que se queme y añadir el tomate. Dejar cocinar. 

Cuando el sofrito esté listo, agregar el agua. Dejar que hierva 5 minutos. Remover para que el pan se deshaga y le dé consistencia al caldo. Cuando el pan esté blando añadir las almejas, tapar la cazuela y dejar que se abran, en cuanto estén abiertas retirar del fuego. Probar para ver el punto de sal porque las almejas aportan su parte y rectificar si es necesario.

Servir caliente



domingo, 5 de enero de 2020

Tartaletas de frutas y skyr con miel, inspiradas en Zoë Françoise

Principios de año, principio de mes, principio de dieta.... y aún nos queda una fiesta por celebrar, la de mañana 6 de enero, día de Reyes. La acumulación de todos estos días de excesos ya nos pesa y lo que apetece es empezar el año "portándonos bien" .

Este mes el reto de Cooking The Chef no parecía que fuera a contribuir a ese propósito porque la Chef norteamericana Zoë Françoise es especialista en preparar preciosos pasteles y repostería en general. 

Rebuscando en su Instagram he encontrado una receta que con algunas modificaciones ha quedado deliciosa,  muy sana, ligera y un poco más rápida de hacer que la original. Veréis como os atrapa.

La receta de Zoë Françoise no es excesivamente calórica, pero he intentado que mi versión contenga algo menos de grasa (mi enemiga) sin dejar de ser atractiva. 

Para aligerar la cantidad de grasa, he cambiado la masa quebrada que lleva mucha mantequilla por unas obleas de las que se utilizan en las empanadillas, resultan muy ligeras, crujientes y cumplen perfectamente su función de recipiente además de ser mucho más rápido el proceso total.

También he cambiado el yogurt griego por Skyr, que utilizo mucho en mi cocina por su textura densa y cremosa,  pero sobretodo porque es 0% materia grasa.  

Si miráis su receta veréis que las frutas que ella utiliza son de verano, como aquí no es temporada he cambiado también algunas para poder adaptarla. Os dejo el enlace a su Storie de Instagram al pie del post por si queréis ver la vídeo-receta original. 




Ingredientes para rellenar 16 tartaletas medianas 

16 obleas para empanadillas
2 tarrinas de Skyr (300 gr.) (en la receta original se usa yougur griego)
Miel al gusto para endulzar
1 manzana tipo Fuji (por el color rojizo de la piel)
1 naranja
Arándanos  
Frambuesas
Moras 
Menta fresca
Aceite de oliva virgen extra
Sal

 



Elaboración:

Precalentar el horno a 180º.

Poner los frutos rojos en un plato y las hojas de menta.

Pelar la naranja en vivo, sin dejar parte blanca y sacar los gajos sin piel con ayuda de un cuchillo bien afilado.

Mezclar el skyr con la miel en un bol.

La manzana no la cortaremos en láminas hasta el momento de montar la tartaleta para que no se oxide.

Reservar todo.


Para hornear las obleas usaremos un molde como el que se utiliza para las magdalenas y muffins.

Poner unas gotas de aceite en cada hueco, pincelar para extenderlo y colocar la oblea con mucho cuidado de que no se rompa. Podéis ayudaros con un trozo de papel de cocina arrugado para presionar y que queden bien ajustados.

Introducir la bandeja en el horno durante 6-8 minutos aproximadamente, dependiendo de cada horno. Se hacen enseguida, hay que estar vigilando y en cuanto estén doradas sacarlas.

Retirar las obleas del molde y colocar sobre una rejilla para que se enfríen.

Montaremos las tartaletas poniendo primero skyr en la base y a continuación colocaremos las 3 láminas de manzana que cortaremos en ese momento para que mantenga el color. Alrededor añadiremos 3 arándanos, 1 frambuesa en dos mitades, 1 mora y en el centro un gajo de naranja partido en dos. 

Adornaremos con unas hojas de menta y terminaremos con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal. 

NOTA: Dependiendo del tamaño de los frutos rojos y de vuestro gusto personal podéis variar las cantidades y la estética.





Videoreceta original de Zoë Françoise,  por si queréis hacer todo el proceso que incluye hacer la masa quebrada:  https://www.instagram.com/stories/highlights/17946769540190291/




Si queréis ver todas las recetas de mis compañer@s de reto pinchad aquí