Fresones con nata montada casera


Un postre casero con elegancia




Hay mucho que decir sobre este delicioso postre. 
Acostumbramos a nombrarlo 'fresas con nata', pero en realidad hoy encontramos en el mercado muy pocas fresas y muchos fresones, un híbrido que se obtuvo en el siglo XVIII gracias al cruce de variedades silvestres. Esto tiene su lógica debido a que las fresas son mucho más escasas que los fresones, su temporada es corta y necesitan una delicada conservación y transporte. 

Los fresones son grandes, rojos y muy carnosos mientras que las fresas son mucho más pequeñas, más blancas por dentro y su sabor es más aromático y delicado. 
 
Ya en la época del Imperio Romano se apreciaban las fresas silvestres, no solo por su sabor, sino también por sus propiedades medicinales, se utilizaban para muy diversas dolencias, así como en rituales religiosos. Eran según la leyenda un elemento importante en los festejos en honor a Adonis, el amante mortal de Afrodita, de ahí que sean consideradas afrodisíacas por muchas culturas, pero  no hay pruebas científicas contundentes que respalden esta afirmación ;-).

Se cree que las fresas combinadas con nata montada se popularizaron  en Europa durante el siglo XVIII, se convirtieron en un símbolo de elegancia y lujo en la alta sociedad, se servían en banquetes y eventos especiales.

Actualmente con el cultivo tan extendido, los fresones están presentes frescos y a un precio razonable en nuestras mesas en primavera y verano. Mezcladas con la nata se crea una combinación perfecta de dulzura y frescor;  es un plato sencillo pero muy sabroso, que complace casi a todo el mundo. 

La nata admite varios niveles de dulzura al azucararla, llegando al máximo nivel de untuosidad y elegancia en forma de 'Crema Chantilly', receta que podéis encontrar también es este blog clicando este enlace




Ingredientes para 2 personas
250 gr. de fresones en su punto de madurez 
 200 gr. de nata para montar, 35% materia grasa
Azúcar al gusto


Elaboración:

Lavar bien los fresones sin quitar el pedúndulo verde. Una vez limpios cortar por la mitad o en cuartos dependiendo del tamaño. Secar con un paño limpio y reservar.

En un bol previamente enfriado en el frigorifico, verter la nata para montar, batir con unas varillas eléctricas hasta conseguir que adquiera consistencia. Tener cuidado cuando empiece a espesar porque si se espesa demasiado se puede convertir en mantequilla. 

Montar una base de nata montada, añadir azúcar al gusto y colocar los fresones encima. La opción Chantilly, ya comentada, en este enlace





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