Las mejores cremas: Las que se pueden tomar frías, calientes o tibias y que admiten multitud de acabados y toppings.
La alimentación en verano debe ser refrescante, saciante pero ligera. Las sopas y cremas frías resultan un gran aliado, son fáciles de preparar, muy sabrosas y saludables.
Esta crema de calabacín es muy recomendable para una dieta equilibrada ya que esta verdura contiene un altísimo porcentaje de agua (un 95%, similar al de la berenjena), hidratos de carbono y fibra.
El calabacín nos aporta también antioxidantes como la vitamina C y minerales, destacando el potasio y el fósforo.
La crema la vamos a enriquecer con caldo de verduras, puerro , cebolleta y un poco de leche de coco, nutritiva y rica en minerales. Es utilizada como sustituto de la leche animal, no contiene lactosa y nos aportará un delicioso sabor y textura. La crema la terminaremos con aceite de sésamo tostado que da un carácter exótico al resultado final.
En resumen, esta receta es una de esas cremas ideales que puedes combinar con muchos ingredientes para obtener un sabor diferente, pero siempre refrescante.
Elaboración:
En una olla ponemos un poco de aceite de oliva, sofreímos la cebolleta y el puerro una vez pelados y picados finamente.
Cuando empiecen a dorar añadimos el calabacín pelado y cortado en cubos pequeños. Removemos y agregamos una cucharadita de sal.
Cuando esté todo un poco rehogado añadimos el caldo de verduras o bien agua hasta cubrirlo todo, reservando una cantidad para terminar de ajustar la textura cuando trituremos. Tapamos la olla parcialmente y dejamos cocer entre 10 y 15 minutos.
Cuando esté todo cocinado, apagamos el fuego y trituramos, rectificando de caldo o agua hasta conseguir una crema sedosa. Una vez triturado, agregaremos cuatro cucharadas de leche de coco y mezclaremos manualmente.
Puede tomarse caliente, tibia o fría. En este caso la hemos dejado atemperar y la hemos enfriado unas horas en el frigorífico.
Servimos en bol o plato añadiendo unas gotas de aceite de sésamo tostado.
El calabacín nos aporta también antioxidantes como la vitamina C y minerales, destacando el potasio y el fósforo.
La crema la vamos a enriquecer con caldo de verduras, puerro , cebolleta y un poco de leche de coco, nutritiva y rica en minerales. Es utilizada como sustituto de la leche animal, no contiene lactosa y nos aportará un delicioso sabor y textura. La crema la terminaremos con aceite de sésamo tostado que da un carácter exótico al resultado final.
En resumen, esta receta es una de esas cremas ideales que puedes combinar con muchos ingredientes para obtener un sabor diferente, pero siempre refrescante.
Ingredientes
2 calabacines medianos
1 puerro, solo lo blanco
1 cebolleta tierna
Aceite de oliva virgen
Caldo de verduras ligero o agua
4 cucharadas de leche de coco
Unas gotas de aceite de sésamo tostado
En una olla ponemos un poco de aceite de oliva, sofreímos la cebolleta y el puerro una vez pelados y picados finamente.
Cuando empiecen a dorar añadimos el calabacín pelado y cortado en cubos pequeños. Removemos y agregamos una cucharadita de sal.
Cuando esté todo un poco rehogado añadimos el caldo de verduras o bien agua hasta cubrirlo todo, reservando una cantidad para terminar de ajustar la textura cuando trituremos. Tapamos la olla parcialmente y dejamos cocer entre 10 y 15 minutos.
Cuando esté todo cocinado, apagamos el fuego y trituramos, rectificando de caldo o agua hasta conseguir una crema sedosa. Una vez triturado, agregaremos cuatro cucharadas de leche de coco y mezclaremos manualmente.
Puede tomarse caliente, tibia o fría. En este caso la hemos dejado atemperar y la hemos enfriado unas horas en el frigorífico.
Servimos en bol o plato añadiendo unas gotas de aceite de sésamo tostado.
