La receta de hoy vuelve a traerme los olores y sabores de mi infancia, porque se trata de otra receta de mi abuela Filo de la que os hablo cada vez que reproduzco uno de sus platos. Si os apetece saber más sobre ella y degustar sus maravillosos platos tradicionales y sencillos podéis ver estas recetas: Potaje de garbanzos y acelgas , el de la Sopa de ajo, o el de la Sopa de almejas.
Como se puede apreciar, visualmente tienen un aspecto similar a ésta por su color, pero nada que ver en cuanto a sabor ya que cada una tiene su propia personalidad y el sabor viene marcado por el ingrediente principal.
En este caso el bacalao le da un carácter delicioso a la preparación y elegir unos buenos garbanzos (hoy Garbanzo de Escacena) cocidos en casa y aprovechar el caldo de cocción es definitivo para que el guiso sea espectacular y sencillo a la vez. Como dato de interés os diré que con 500 gr. de garbanzos secos obtenemos aproximadamente 1.400 gr. una vez cocidos.
Los beneficios para la salud de este sabroso plato son numerosos, se puede afirmar que la combinación de nutrientes de los garbanzos, las espinacas, el bacalao y el huevo cocido es redonda. Nos aporta proteínas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas y grasas beneficiosas, como se puede comprobar entrando en los enlaces al final del post.
Elaboración:
Ponemos a remojo los garbanzos en un bol con agua (deben estar totalmente cubiertos) durante 12 horas, aunque nosotros solemos ponerlos de la noche para el mediodía siguiente.Cocemos los garbanzos el tiempo que indique el fabricante añadiendo sal y una hoja de laurel. Dependiendo de la clase de garbanzo estas instrucciones podrían cambiar.